6. Eso que sólo puede hacer la escritura

Dijimos que hay influencia entre las esferas del arte y la técnica, y que la creación artística es algo más bien de orden material. ¿Cómo influye, entonces, la técnica en las artes?

La pregunta da para mucho, pero lo que me interesa en particular es pensar un poco los cambios que se dieron en la narración de historias en el último siglo y un poco más.

A mediados del siglo XIX, las ficciones de la cultura de masas circulaban por medio de la literatura. Obras que son clásicos para nosotros (Madame Bovary, Guerra y paz, Una excursión a los indios ranqueles, entre otras) en su momento fueron publicadas en entregas, y acompañaban revistas o periódicos con informaciones y publicidades diversas.

Por ese tiempo también nació el cuento moderno (Poe), limitado por el espacio asignado en esas mismas publicaciones, y de una extensión acorde para ser leído de una sola sentada (una sentada del siglo XIX, que no sé si será más larga que una contemporánea, pero seguro más concentrada).

El realismo de aquella época se caracterizaba por una profusión de descripciones, momentos en que la acción se detenía y el narrador presentaba el escenario con mucho detalle.

Hoy nos resultan lecturas difíciles, lentas, pesadas, pero para a los lectores contemporáneos a su publicación les permitían imaginar el universo ficcional. Pensemos en un lector que no conoce otro espacio que su entorno inmediato más que por narraciones, ni siquiera por fotos.

Medio siglo después apareció el cine (primero con imágenes, después también con sonido), y eso reubicó la función de la literatura, que se emancipó, al menos en parte, de la necesidad de representar el mundo (real o ficcional) y, crustáceo que cambia de cascarón, debió buscar una función nueva. Algo similar pasó en la pintura, con un viraje hacia lo abstracto a partir de la irrupción de la cámara fotográfica.

Quizás una de las zonas donde mejor se vea esto es en la poesía. Con el cambio de siglo surgen corrientes poéticas que abandonan los objetos del mundo (Baudelaire, por ejemplo) para replegarse sobre el lenguaje mismo, incluso sobre las palabras impresas (Apollinaire).

Otro giro importante debería poder ubicarse para el tiempo en que se popularizaron la radio, y más tarde la televisión, con la vieja fórmula: información, ficción, publicidad. Para algunos autores, fue el momento de un nuevo avance hacia la abstracción; para otros hacia una mayor atención al lenguaje frente a lo estereotipado de los diálogos de radioteatro o telenovela; en otro caso, con más fuerza hacia otros géneros, tal vez más complicados de montar en la pantalla, como el fantástico o el absurdo (Beckett es un ejemplo de todo esto).

No es que esas posibilidades no estuvieran antes, ni que pasaran a ser exclusivas de la literatura, sino que al reconfigurarse el campo de las artes de pronto aparecen como sus vías dominantes.

Por supuesto, la aparición de medios técnicos no es lo único que influye en la creación artística, y en el mundo pasaron unas cuantas cosas más entre el siglo XIX y nuestros días como para conmover la sensibilidad humana.

Sin embargo, creo que para quienes escribimos es bueno preguntarnos qué puede hacer la escritura en nuestra época que no puedan hacer otras artes y otros medios. Es una pregunta un poco difícil, es verdad, pero no es para responderla ya. Es para dejarla abierta y que sirva para espolearnos.

Esta semana, te invito a escribir un texto que acompañe esta foto:

Escribí como si tu lector viera la imagen. No le cuentes lo que ya sabe.

Vamos. Mucha suerte, y a trabajar.

Saludos,

Ariel


PS. Espolear no es lo mismo que espoilear, aunque eso queda para otra semana.

PS. 2. Podés encontrar las consignas pasadas acá.

PS. 3. Si querés trabajar tus textos conmigo, te invito a conocer mis propuestas de taller.