- Desarrollar un texto en el que un objeto ocupe un lugar que no le corresponde.
- Escribir un texto que contenga una solución creativa a un problema cotidiano. Puede ser que ese problema no tenga una solución convencional (¿cómo saber si la ropa tendida está húmeda o apenas fría?) o que sí la tenga (para tostar el pan se necesita una fuente de calor); en el segundo caso, no es necesario que tu solución sea mejor que la que existe. Esta solución puede ocupar un lugar central del texto, o bien puede quedar mencionada en segundo plano.
- Escribir un relato de una página, dos, tres o las que sean. Lo importante es que en la mitad exacta de tu texto se largue a llover. Puede ser una lluvia esperada durante mucho tiempo o una más entre tantas. Puede ser recibida con entusiasmo, con miedo, con tedio o con indiferencia. Puede ser el eco difuso de un estado de ánimo o un escenario de pleno contraste con lo que se narra.
- Tomar una frase hecha (acá va una lista, por si hace falta inspiración) y escribir un texto que la lleve hacia un lugar imprevisto. No es necesario incluir la frase en el texto.
- Escribir un diálogo que tenga en cuenta lo planteado acá, o bien un monólogo de personaje en el que se dé por sentado lo que otro responde (por ejemplo, puede ser una conversación telefónica en la que solo nos enteremos de lo que se dice en uno de los extremos de la línea).
- Trabajar con un “no es lo que parece”. Para que funcione, la imagen con la que trabajes debe permitir una doble lectura (la de lo que parece y la de lo que es). Sobre esto, siempre vale la pena volver a las tesis de Piglia.
- Escribir un relato o una escena que empiece en una feria de cualquier tipo.
- Escribir un relato o una escena en el marco de la navegación de un río.
- Escribir un relato o una escena en la que haya un espacio con reglas, leyes o hasta principios físicos diferentes a los que se aplican fuera de él. Este lugar puede ser, por ejemplo, una embajada, una estación espacial, el campo de juego de algún deporte, etc. La acción narrada puede ubicarse dentro de este espacio, fuera de él, en un borde o también puede atravesar la frontera.
- Escribir un texto en el que una autopista sea parte del escenario. La acción puede desarrollarse dentro de un vehículo en viaje, al costado del camino, en un trabajo de mantenimiento, durante unas vacaciones, un traslado especial o un trayecto cotidiano.
- Escribir un relato que incluya una temática, una historia, una banda de música, una figura pública, un deporte, u otra cosa que te haya apasionado en algún momento pero ya no. Este elemento puede ser central en lo que escribas, secundario o una pincelada más en la escenografía.
- Escribir un texto que incluya un animal, que puede ser esencial para la trama o no. Ante la duda, el azar siempre aporta una salida, así que va un generador aleatorio para traccionar la escritura con el primero que salga.
- Escribir un texto que contenga una palabra en otro idioma, real o imaginario. Esta palabra puede ser traducida en algún momento del relato o no. Puede explicarse o no. Puede dar lugar a malentendidos o ser la mejor manera de nombrar algo que se identifica a la perfección. También puede funcionar como una palabra más entre otras.
- Trabajar en un texto cuyo protagonista tenga que realizar, con mayor o menor destreza, algún tipo de cálculo. Puede tratarse de alguna cuestión matemática, pero también hay lugar para la interpretación metafórica: especulación, estrategia, distancia.
- Escribir un texto en el que una tarea manual (cambiar una rueda, amasar una pizza, limpiar detrás de los muebles, cavar un pozo o cualquier otra) haga recordar al protagonista algo que tenía olvidado. Mientras menos directa sea la relación entre la tarea y lo recordado, mejor.
- Escribir un relato en el que, de manera involuntaria, un personaje manifieste algo de su mundo interior a través de acciones corporales.
- Escribir un relato en el que un viaje termine en un lugar distinto al que se preveía. En el medio puede haber un desvío, un accidente, un salto espacio-temporal o nada más que un error.
- Escribir un texto en el que, de forma progresiva, una amenaza (real o imaginada) eleve lo máximo posible la tensión. Para el cierre, a veces (a veces) un final abierto puede ser más potente que el estallido de la energía acumulada.
- Escribir un relato en el que entre en juego un disfraz o una máscara. El sentido común dice que lo importante es develar lo que está detrás, pero no tiene por qué ser la única opción. A veces, la imagen mostrada puede tener más para decir que aquello que oculta.
- Trabajar en un texto que tenga en el centro o como premisa un acuerdo difícil de lograr, en el que algo se pierda y algo se gane. A los fines dramáticos, mientras más se pierda, mejor.
- Escribir un texto que combine elementos de dos géneros literarios distintos. Por ejemplo: un crimen y un hada madrina; un desarrollo tecnológico y un sheriff; una percepción alterada por las drogas y un escuadrón de arqueros medievales.
- Escribir un texto en el que la luz sea un factor importante. Por ejemplo, puede haber un escenario que se perciba distinto según la hora del día o la época del año, una mirada condicionada por la iluminación del momento, o un cambio repentino que oculte o revele lo que está delante.
- Escribir un relato en el que un chico o una chica diga algo inconveniente. Este personaje puede estar en medio de un grupo (en la escuela, en una comida de celebración…) o bien en compañía de un único personaje adulto (por ejemplo, el narrador, que puede ser uno de sus padres o alguna otra persona de la familia).
- Escribir un texto en el que dos personajes que no tienen nada que ver el uno con el otro se encuentran en un espacio reducido y se ven obligados o alentados a conversar. Ejemplos: música y veterinario encerrados en un ascensor detenido; nena en edad escolar y deportista profesional en asientos contiguos de un avión; enamorado compulsivo y director de tránsito en la fila para hacer un trámite municipal. Puede ser cualquier otra pareja en cualquier otro escenario.
- Escribir un texto que altere el orden convencional de las narraciones. La idea es empezar por el final, y a partir de ahí reconstruir el relato hacia atrás. En ese recorrido puede haber giros que resignifiquen lo narrado.
- Escribir un relato que transcurra total o parcialmente a oscuras.
- Escribir un texto sobre un aparato que no funciona.
- Escribir un texto en el que haya bicicletas
- Escribir un texto que transcurra a lo largo de las cuatro estaciones del año.
- Escribir un texto en el que los personajes hagan un recorrido habitual.
- Escribir un texto en el que un árbol crezca mucho más de lo previsto.
- Escribir un texto en el que un sombrero apriete demasiado.
- Escribir un texto que incluya una venganza divina.
- Escribir un texto sobre un deporte inventado.
- Escribir un texto sobre relaciones de absoluta conveniencia.
- Escribir un texto sobre un veneno implacable.
- Escribir un texto sobre una adicción inexistente.
- Escribir un texto desde el barro en el fondo de un pozo.
- Escribir un texto sobre lavar un par de zapatillas.
- Escribir un texto en el que cultivar un jardín funcione como metáfora del juego compulsivo.
- Escribir un texto en el que se dé la hora a cada rato.
- Escribir un texto sobre alimentar a una persona.
- Escribir un texto sobre la búsqueda de un perro perdido.
- Escribir un texto moderadamente exagerado.
Mucha suerte, y a trabajar.