Hay palabras que parecen hablar sobre algo, pero en realidad hablan sobre quien las enuncia.
¿Qué significa que un libro sea interesante? Significa que le interesa a quien lo juzga de esa manera. Si el libro es La montaña mágica implicará algo sobre quien lo dice, y si es Mi lucha, implicará otra cosa.
En una época narcisista como la nuestra, son plaga: interesante, genial, importante, bueno, malo, bello, feo, clave, etc. Son palabras que, aisladas, no significan nada, o en todo caso, en lugar de abrir el universo del texto, lo cierran.
En la ficción se ve claro. Nada más flojo que leer que un personaje tuvo “un día genial”. En general preferimos saber qué le pasó durante el día, qué cosas lo hicieron genial. No es lo mismo que esté de buen humor porque recordó una canción de la infancia o que lo esté porque es la primera vez en meses que puede darse una ducha caliente. Un rango infinito de matices queda tapado por la palabra genial.
De todas formas, creo que no hay que apurarse a borrar estas palabras cuando las encontramos en nuestra propia escritura. Son un llamado a detenerse y pensar: “importante para qué”, “interesante para quién”, “bueno en qué sentido”, y entonces sí, reescribir.
Esta semana te propongo que escribas un texto con un personaje que pase una “tarde de perros”. Desde ya, no vale usar esa expresión ni sinónimos. Que sea todo mostrar y abrir universo.
Mucha suerte, y a trabajar
Saludos,
Ariel
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