48. Pistolas y condiciones

El filósofo alemán que dijo que el conflicto es el motor de la historia bien podría haber querido hacer una tesis sobre la narrativa. Es difícil que un paisaje estático tenga el atractivo del movimiento, y en la escritura nada se mueve como aquello que se sale de su cauce.

Hay un famoso recurso estructural y de economía literaria atribuido a Chéjov: si alguien va a morir de un disparo al final de tu texto, introducí el arma al principio y sin estridencias.

Pero esa no es la única forma de narrar a punta de pistola. De hecho, hay una que es su opuesta y es bien efectiva. Se trata de una recomendación del autor de policiales Raymond Chandler: cuando hayas llegado a un punto del texto en el que no sepas cómo avanzar, hacé que alguien entre en escena con un arma en la mano (un ejemplo literal y logrado de esto es “De repente llaman a la puerta”, de Etgar Keret).

Claro que no tiene por qué haber un arma. Lo que importa es el factor que amenaza, que desestabiliza, por lo que tal vez la versión más sutil de este principio sea la condición.

Hay condicionamientos fundamentales, que pueden pensarse con la estructura de Chéjov: planto una condición para después hacer rendir cuentas a mi personaje. Cuando Fausto acepta el pacto de tener todo lo que desea a cambio de entregar después su alma a Mefistófeles, la narración se vuelve una cuenta regresiva hasta un desenlace inquietante, porque al mismo tiempo lo esperamos y lo desconocemos: ¿habrá una forma de romper el pacto o será obligatorio cumplirlo?

Por otra parte, puede haber condiciones ad hoc, al estilo de Chandler: se descubre un tratamiento infalible para la caspa, pero hincha los pies; encontraste una cabaña espectacular para las vacaciones, pero está construida sobre un antiguo cementerio; por fin conseguiste el libro que buscaste durante años, pero al leerlo descubrís que le faltan dos páginas fundamentales. Cada pero abre una historia.

Esta semana, por supuesto, te propongo que escribas una historia a partir de una condición, o bien que incluyas una en lo que estés escribiendo.

Mucha suerte, y a trabajar.