22. ¿Quién lee?

Podrá ser cursi, pero la imagen del manuscrito en una botella lanzado al mar sintetiza a la perfección la actividad de escribir. Uno nunca sabe adónde va a llegar el texto, y ni siquiera salva la decisión de no darlo a conocer. El ejemplo más célebre es el de Kafka, publicado de manera póstuma por quien tenía el encargo de quemar su obra.

Más importante que eso me parece el hecho, siempre mágico, de que uno nunca sabe quién está del otro lado. No se sabe incluso en el caso de un mensaje privado, y para eso no hay necesidad de que caiga en manos imprevistas. Por más que crea conocer al destinatario de un texto, uno no tiene forma de saber, en la turbulencia de la imaginación propia y la interioridad del otro, quién es el que lee.

Sin embargo, hay recursos para limitar el campo de las posibilidades de lectura o, en todo caso, para limitar lo que un texto puede decir sin ser forzado. Hablo de recursos para dar precisión a lo escrito, para desambiguar lo ambiguo, para hacer de la apertura interpretativa una decisión más que una fatalidad.

Uno de esos recursos es la puntuación, que no siempre existió. En la antigüedad la escritura no llevaba marcas para saber cuándo terminaba una frase y empezaba otra, ni qué era una pregunta y qué no, o si una determinada palabra llevaba una entonación especial. Si había un acuerdo acerca de todo eso era porque los escritos estaban muy ligados a la oralidad y no había necesidad de marcar ese tipo de cosas, que estaban codificadas en un saber compartido (al menos de un grupo de iniciados). La situación es análoga a la de una escritura para uno mismo, con abreviaturas y símbolos propios. A medida que los textos se apartan de su fuente son necesarias marcas que expliquen cómo leer lo que se tiene delante.

Hoy, que a diferencia de aquellos tiempos escribimos textos para ser leídos en silencio y no para ser declamados público, nos cuesta imaginar un texto sin puntos ni comas, que por otra parte dan ritmo y fluidez al discurrir verbal.

Para esta semana te propongo que escribas un texto de una página que no contenga puntos, sólo comas.

Mucha suerte, y a trabajar

Saludos,

Ariel


PS