Decía la vez pasada que en narrativa nada pasa porque sí. Como nadie me respondió con un mail indignado al respecto ni hubo una baja masiva de suscripciones, entiendo que tenemos un acuerdo sobre este punto, o si hay un desacuerdo, no es muy fuerte.
Por eso, si nadie va a contradecirme, lo voy a hacer yo mismo. A veces, en narrativa, las cosas pasan porque sí. Mejor dicho: en las narraciones hay cierta forma de azar.
Como ejemplo, nos sirve el de la pareja de enamorados de la semana pasada. Ya vimos que los dos tienen una motivación para ir al supermercado, pero resulta que justo les llega en el mismo momento, que van al mismo supermercado, y que si bien van a buscar productos distintos (porque si a ambos les faltara lo mismo estaríamos en el terreno de la publicidad) tienen la suerte de encontrarse entre las góndolas y recibir sendos flechazos bajo la brillante luz blanca.
Todo eso pasa por azar, pero es evidente que se trata de un azar distinto al que operaría si, en mitad de la noche, uno de ellos pasara frente a la ventana del otro y, sin conocerlo, le ofreciera dentífrico porque tiene de sobra y se le ocurrió salir a ver quién podría necesitarlo. Sólo funcionaría en clave de humor o si hubiera algo en el texto que habilitara esa conducta del personaje.
A los casos más extremos de resoluciones como estas se los identifica con la figura deus ex machina, que en el teatro griego era un tipo que entraba a escena colgado de una grúa y ataba los cabos sueltos de la trama (en su versión secular: todo fue un sueño, una alucinación, etc.).
El azar, entonces, funciona mejor al principio de una historia que al final, y aun así tiene que ser un azar verosímil, acorde a lo que, en efecto, podría pasarles a los personajes.
Para la consigna de esta semana, te propongo tomar un libro que tengas cerca, no importa cuál. Abrilo al azar y tomá nota de la primera palabra que veas. Hacelo dos veces más. Esas tres palabras van a determinar el texto que escribas. Podés usarlas como tema del texto, como inspiración para construir la voz narrativa o como prefieras.
Vamos. Mucha suerte, y a trabajar.
Saludos,
Ariel
PS. Podés encontrar las consignas pasadas acá.