¿Cómo te fue con la primera consigna de escritura? Espero que hayas podido completarla, y que haya servido como un empujón amable para encaminar esas ganas de escribir.
El disparador de la semana pasada remitía a la novela El silenciero, del escritor mendocino Antonio Di Benedetto. Es un texto de un humor poco frecuente, con personajes algo aparatosos, y, lo más importante, con un predominio de lo auditivo en la construcción del mundo narrado.
Si nuestra experiencia del presente se impone como una catarata de estímulos visuales, un texto que se proponga explorar lo sonoro puede servir para desentumecer un sentido relegado y representar la realidad como sólo la literatura puede hacerlo.
Con la consigna de esta semana te invito, entonces, a volver sobre una escritura a partir de los sonidos. Te propongo que escribas un monólogo (un relato en primera persona, con una sola voz) protagonizado por un personaje incapaz de ver. Puede ser ciego de nacimiento o haberse quedado a oscuras de repente. Lo importante es que no vea nada.
Te agrego una recomendación. Controlá el tiempo y escribí la primera versión del texto en no más de quince minutos. Puede parecer poco, pero te invito a que lo intentes. La idea es llegar rápido al primer borrador. Después sí, dedicale el tiempo necesario a corregir y ampliar lo que haga falta.
Vamos. Mucha suerte, y a trabajar.
Saludos,
Ariel
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PS. Si no pudiste completar la primera consigna, no te desalientes. Eso sí, avanzá con la de hoy. La que pasó, pasó. No hay nada peor que convertir una actividad placentera en una acumulación de tareas por hacer. Vamos, a empezar de cero con la nueva consigna.
PS. 2. ¿Te gustaría recibir una devolución sobre tus textos? Inscribite al taller de iniciación y trabajemos juntos con clases teóricas y videollamadas.